Soy médico. Médico forense y médico psicoterapeuta con más de treinta años de intenso ejercicio profesional. Mi lema es «¿en qué te puedo ayudar?»
Ser médico me ha permitido acercarme, por vocación, al sufrimiento humano y desde ahí avanzar al conocimiento de su realidad física, psicológica y espiritual. El conocimiento de la realidad del paciente en su más amplia dimensión, me permite curar o al menos aliviar sus afecciones. El médico cuando puede cura, cuando no puede alivia y siempre, proporciona consuelo a quien sufre; que también es una forma de atender las demandas de los pacientes.
Como médico forense tengo la oportunidad de adentrarme y analizar las consecuencias más complicadas de la conducta humana. Ser médico forense en los juzgados me permite conocer y valorar la psicología y la psicopatología de cuantas personas realizan actos ilegales, cuántas veces influidos por afecciones psíquicas, muchas veces emocionales, que siempre han de ser tenidas en cuenta antes de enjuiciar. Pero no solo se considera el estado de la persona que comete el delito sino también el estado de las víctimas. Cuánto dolor hay en las personas que se enfrentan ante los tribunales, tanto como víctimas como acusados. El dolor, y por ende el sufrimiento, son comunes a todas las personas y a todos nos afecta en distintos momentos de nuestras vidas.
Mi dilatada práctica como médico psicoterapeuta me da la oportunidad de comprender y conocer al ser humano desde lo más profundo de su intimidad y de esa forma ayudarle a que él mismo descubra las claves para ser auténticamente feliz, claves que están en su interior.
El honor de ser médico, médico forense y médico psicoterapeuta me permite contemplar al ser humano desde diversas vertientes de tal modo que unas ayudan a otras en la contemplación del ser humano que sufre desde su totalidad.